sábado, 15 de diciembre de 2012

Etapas de un torneo y sus distintas posibilidades


Fueron días de ausencia, de oscuridad. Mientras la gente del OPEN sufría contra los monored (yo les dije que iban a extrañar los finks), yo me cebaba la cabeza en la redacción de Infernal Magic -IF desde ahora- . Hubo peleas, gritos, llanto. Mi jefe me despertó quince veces, me cagó a pedos en la oficina frente a toda la redacción. Nuestra secretaria Sabrina (tenemos una en las oficinas de IF) renunció y tuvimos que contratar a Lucrecia y no es lo mismo. No nos trae el café y los diarios a la mañana, no nos pasa links de páginas actualizadas y no trae los informes de metagame.  Lucrecia está aprendiendo, y queremos que lo haga rápido.
En mi artículo anterior hablé de las excusas, y al jefe de redacción TT, se las estuve dando durante casi dos semanas.  ¡Perdón TT! Igual me tenes en negro, sin obra social y no estoy adherido al sindicato de prensa, así que está bien. "Me venis bolaceando hace dos semanas. Me esperaba el mega artículo del Milenio" me dijo anoche, mientras me amenazaba con el pago del sueldo. ¿Y el aguinaldo TT?




                       Tete, editor en jefe de I.M. Esa es su cara cuando le dije que me iba a atrasar.

Preparando un torneo, - y las etapas del mismo-
muchos habrán pasado por diferentes etapas para prepararse para un evento: desde la elección del mazo, hasta las cartas para el sideboard. Los jugadores - a menos que sean pro- suelen pasar por diferentes partes previas al torneo, atravesando situaciones similares.  Una vez llega la hora del evento, los jugadores pasamos por otras etapas, esta vez más psicológicas, dependiendo como empezamos con los resultados. Arrancar ganando el primer match 2-0 no es lo mismo que un 2-1 o un peor 0-2. Esto tarde o temprano va a terminar afectando tu animo y por ende, tu concentración y las ganas con las que jugás.




La previa
Te enterás del torneo y de los premios. Tenes el tiempo de testeo, pero te hacen falta las cartas. Muchas veces, para conseguirlas uno tiene dos opciones viables: tratar de sacárselas a un conocido mediante el viejo trueque o comprarlas sueltas a algún dealer que nos pedirá hasta nuestra madre. La primera opción suele ser la mejor porque no gastamos dinero, aunque muchos negociantes, por más compañeros que sean, suelen creerse que están en el programa "El precio de la historia", de History y regatear hasta lo último. Hay que evitar estos personajes, suelen traer complicaciones. Además, hay algunos que obran de mala leche de la siguiente manera: cuando dos personas están en un cambio, interfiere con sus ofertas. ¿Códigos? No quedaban en la gódola.

                                  ¿Alguno se sintió alguna vez como negociando con esta gente?


La segunda opción además de jugar con nuestra billetera juega con nuestra paciencia. Mandar a pedir cartas es un embole gigante. Buscar páginas que sean acordes a nuestras necesidades, tanto de precios como de stock suele ser complicado. Hay quienes mandan a pedir afuera y demoran un mes en llegar,  o que terminan pagando sumas bastante importantes para un envío más rápido.  Otros prefieren el mercado nacional, con un tiempo de espera menor, pero con un costo algo más elevado.  ¿Recuerdan la escena del capítulo de Los Simpsons, cuando homero compra un arma y debe esperar un tiempo para tenerla? ¿Y que en ese lapso ve miles de oportunidades para disparar y ansía tener el arma en la mano? Así me siento yo cada vez que pido una carta suelta.

La llegada al torneo
Caras conocidas, un lugar ameno. Muchos se sienten cómodo jugando Magic, los principiantes tiemblan de nervios.  Un juez corre pidiendo helado, un descuidado tira los desechos de su sobre recién comprado al piso. La mujer que barre lo mira con mala cara.  SI no fuiste con tus compañeros de testeo, los buscas de forma inmediata. No queres que te vean solo e indefenso. Si los encontrás, hablan de lo último que hicieron, se comen un pancho y se toman una coquita. Un dato a tener en cuenta: Nunca, nunca se modifica el mazo la noche anterior o las horas antes del torneo. Es yeta, está comprobado científicamente por la Universidad de la Conchinchina, en Australia.  Googleá sino.
Antes de empezar la jornada, el juez principal seguramente dará un pequeño discurso sobre las reglas de comportamiento, el nivel de reglas impuestoe en el torneo y demás generalidades. El 95% de la gente no le da bola al pobre loco que habla solo. Seguramente vos estés entre ellos y hagas exactamente lo contario a lo que te pidió. Está mal, sabelo. Si sos así, seguramente sos el tipo de vecino que tira la basura en cualquier lado y encima fuera de horario.


                                   Conchinchina, en Australia confirmó la yeta del cambio a ultimo momento.

Arrancando a jugar
Tu primer resultado, va  a definir tu estado de ánimo para el resto del torneo. Si empezás ganando 2-0 el primer partido, para el segundo vas a ir más confiado. Por alguna fuerza cósmica, vas a robar mejor, vás a tomar mejores decisiones.  Vas a estar  "in the zone", algo que vamos a explicar en el próximo artículo. Tu confianza va a estar jugandote una buena pasada y si seguís en racha, podes conseguir hasta colarte en el top, y quien te dice, ganar el torneo.
La otra que te queda, es empezar 0-2. Una nube gris va estar volando sobre tu cabeza, es probable que llueva justo encima de la mesa donde te tocó sentarte. Tu primera mano van a ser 1 tierra, 5 sierpes y un elemental de espinas. Sí, tu yeta provocó que tu primer mazo casual, ese con el que creías ganarle a tu hermanito, se cuele entre los folios del verdadero Jund que llevaste al Open de Modern. Una vergüenza. También lo perdiste, terminas haciendo 0-2 drop. Te gastaste 3 millones de euros en el mazo, pero tu propia ofuscación te terminó de cagar. Ojo, este ejemplo es ilustrativo. Si te concentras y no la pecheas, la podes remontar. Tranquilo campeón, relax.
Caso dos:  Venís 5-0, y perdes en la última ronda, esa en la que si empatabas entrabas. Te quedas afuera con un 5-2 y ves el top por streaming y es peor que si hubieras terminado 0-8. Te sentis un freezer.


                                               Heladeras Messi auspician tu noveno puesto. 

Caso tres: Empezaste mal, pero no dejas que la mala onda te frustre. Venis 0-3, no le ganaste a nadie. En las últimas rondas, jugás los partidos más divertidos de tu vida, sin presión. Hasta el final. Tu oponente está en las mismas, se cagan de risa los dos.

Caso cuatro: venis enfiestado, entraste 6-0 con tu Belcher. Te garchaste a todos los pibes en 5 min, te sentis el rey de la jungla. En el top 8 te das cuenta que todos juegan 4 Force of Will, 4 Daze y tu oponente encima juega Disrupting Shoal, y todo el gran torneo tirado a la basura. Te quedás con toda la leche.

Caso cinco: Sos el pibe que mete huevos, entraste raspando al top 8, pero éstas isntancias son tu especialidad. Sos un Hugo barrientos, un Mascherano o el mismísimo flaco Schiavi cortando con lo dulce. Acá no importa que carajo juegue tu oponente , le vas a ganar por que la tenes mas grande y sos el pesado del barrio. Le ganas solo con la mirada y la actitud. Él jugaba Sneak Attack y vos Goblins, pero le ganas igual. Él juega Destroyland puro, vos Tron y sacás un 2-0. Te llevas el torneo metiendo huevos mientras el otro pregunta por que si el matchu es 99% a favor suyo "por que lo dijo 'Carlos Testeo Listas en Mol ' "

                                                   Hugo Barrientos jugaría Globlins.

Después del torneo
Pasado a olor a chivo, con dolor de cabeza, con hambre. Si sos como era yo años atrás, vas a tener ganas de ir a tu casa, prender la PC y boludear un rato en internet para despejarte. Si sos como yo ahora.... harás lo mismo. Otros se van a festejar de traviolos, se ponen empedo, terminan meando en la plaza. Otros van, se toman una cerveza en un bar mientras ven el partido de Huracán y hablan de lo bueno que estuvo el torneo. El que esperaba ganar y no lo hizo, se va enojado a su casa, buscando alguna excusa para no quedar mal frente a sus amigos.
La gilada va y se acuesta a mirar graduados. Muchos termiinan enfiestados, festejando abrazados del Relampago y brindando con el Confite.  Muchos otros, seguirán el camino mío. A casa, cabeza abajo, mirando el cartón que nos falló y culpando la suerte. Mientras tanto, seguimos siendo la gilada.

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